Acuña
Cuentan las antiguas crónicas que el progenitor del linaje Acuña fue un caballero natural de la Gascuña, llamado don Gutierre, que vino a Galicia y fundó en ella su casa solar.
Hay otras versiones autorizadas por notables tratadistas y que por los datos históricos en que se cimientan, afirman que el linaje viene de la Casa Real de León por ese don Gutierre anteriormente citado, pero que no procedía de la Gascuña, sino de esa Casa Real, de la siguiente manera: El Rey Fruela II de León, que vivió a principios de siglo XI, el cual tuvo un hijo llamado don Aznar Fruela, su hijo, don Pelayo Fruela, "el Diácono", que casó con doña Aldonza, hija del infante don Ordoño "el Ciego", de cuyo matrimonio nació el Conde don Pelayo Peláez, rico-hombre y Señor de parte de Cisneros, el cual tuvo un hijo llamado don Gutierre Peláez, progenitor de las grandes casas de Silva y Acuña.
Según relata Gándara y otros autores, haciendo referencia a este linaje, el solar primitivo del linaje, estuvo en la ciudad de Tuy, y gozó de algunas tierras. Sus caballeros pasaron a Portugal y luego a Castilla, difundiendo en ambas partes. El don Gutierre Peláez, ya citado, y que las dos versiones sobre el origen de los Acuña reconocen como progenitor del linaje, fue, según explica el Conde don Pedro en el "Libro de Sucesiones", un caballero sabio y valeroso y muy probado en las armas. Acompañó al Conde don Enrique a las conquistas de Portugal, quien le dio muchas posesiones en Braga y en Guimaraes, haciéndole también su consejero. Con Gutierre, fue también a estas conquistas un hijo suyo, llamado Pay o Payo Gutierre, cuyo nombre demuestra que era gallego, pues en Galicia únicamente dicen Payo al que se llama Pelayo.
Algunos tratadistas relatan la procedencia de este linaje de la siguiente forma: Tomó su nombre del lugar de Acuña Alta, situado a pocos kilómetros de la Sierra de la Estrella, en Portugal, que fue su primer solar y que enlazó con la Casa Real Portuguesa por el matrimonio de don Martín Vázquez de Acuña, primer Conde de Valencia, con doña María de Portugal, hija legítima del Infante don Juan y nieta del Rey don Pedro I de Portugal.
El citado Infante don Pelayo, que vivió en la primera mitad del siglo XI, casó con la Infanta doña Aldonza Ordóñez, hija de don Ordoño, Infante de león. Hijo primogénito de ambos fue don Pelayo Peláez (o Payo Peláez), rico-hombre de Castilla, señor de muchos estados en Galicia y en Asturias, conocido en la historia como sus hermanos, con el sobrenombre de "Infante de Carrión", casó con doña mayor González, siendo padres de Gutierre Peláez, que de su matrimonio con doña María Pérez, tuvo a Pelayo Gutiérrez, llamado "de Silva", por uno de sus Señoríos, casó tres veces, 1º, con doña Sancha Anez de Montor; 2º, con doña Usanda Hermígez Alboazar, y 3º, con doña Urraca Rabáldez. Hijo primogénito de su segundo matrimonio fue Fernando Peláez (o Páez), primer Señor de Acuña Alta, por merced de don Alfonso Henríquez, primer Rey de Portugal. Su hijo don Lorenzo Fernández de Acuña, fue el primero en usar este apellido. De él descienden las casas tituladas de Escalona y Ureña, y por consiguiente, gran parte de la nobleza y titulada de España.
Por último otros lo relatan así: La raíz de los Acuña está en la Casa Real Visigoda. Posteriormente, a partir del año 1100 aparece en Portugal el Señorío de Cunha Alta con Fernando Peláez. Su hijo Fernando Fernández Da Cunha, es el primero en usar el apellido. El poderío de los Da Cunha que van estableciendo Señoríos uno tras otro, va creciendo hasta llegar a ser los primeros caballeros del reino de Portugal, pero el poder y la ambición provoca distensiones entre Martín Vázquez Da Cunha y el Rey. Martín se enfadó y se fue de Portugal, desnaturalizándose junto con varios de sus hermanos. Llegó a Castilla con estos, en donde el rey les recibe con los brazos abiertos y cambia el apellido Da Cunha por el De Acuña. Así pues, en 1396 vinieron a España, Martín, Gil y Lope Vázquez de Acuña. Seis años después, Gil volvió a Portugal con gran contento de su Rey y tras largos años con los descendientes de Vasco Martínez Da Cunha y Esteban Martínez Da Cunha (los cuales se habían quedad en Portugal con todos los señoríos y bienes de sus hermanos mayores habían dejado) recuperó sus señoríos de la Taboa y otros, dando lugar a las ramas de los Acuña portugueses.
Es probable que muchos Acuña repartidos por el mundo, especialmente en América y Filipinas, provengan de estos Cunhas portugueses.
Valencia de Don Juan anteriormente se llamaba Valencia de Campos, el I Duque fue el Infante Juan de Portugal, continuado como Condado por su hija Doña Maria y su esposo Martín Vázquez de Acuña, simultáneamente y en honor del Infante D. Juan se modifico Valencia de Campos por Valencia de Don Juan. En Valencia de Don Juan (León) existe todavía el castillo de los Acuña que era del siglo XII y fue reconstruido por los Acuña en el XV. Es una imponente fortaleza semi-derruida.
Martín, gracias a las mercedes que le hizo el Rey de Castilla, llegó a ser un importante rico-hombre fundador de las ramas de Escalona, Villena, Villanueva del Freno, Montijo, Puebla de Maestre, Alcalá de la Alameda, de la Torre de Sirgadas, de la Puebla de Montalbán (hoy llamada Frías), de Ureña, Osuna, de Valencia de D. Juan, de Bedmar y de Requena. Todas imponentes casas tituladas; la de Villena, por ejemplo, es el Marquesado mas antiguo de España, y tuvo una gran relevancia durante los problemas dinásticos surgidos tras la muerte de don Juan II y Enrique IV. Los Acuña debieron estar en primera línea. Lope, del cual descienden los Acuña andaluces, se sustituye a veces por Pacheco, Portocarrero, Cárdenas, Velasco y Téllez-Girón, continuando con sangre de Acuña estas viejísimas familias que terminaron en hembras.
Una hermana de padre del III Conde de Valencia de Don Juan, llamada Maria Acuña de Zúñiga casó con Juan Robles y Guevara, I Señor de Villarmenteros y Paranes, trinchante de los Reyes Católicos, Alcaide y Corregidor de Jerez de la Frontera. De este matrimonio existieron dos hijos Juan Robles y Acuña que fue II Señor de Villarmenteros hasta su venta, y Doña Maria de Robles y Acuña que casó 1514 en Toledo con Jaime Francisco Ferrer y Soler, de la Casa de los Señores de Sot, ahijado del Rey Católico, Maestresala del Príncipe Juan, Gobernador General del Reino de Valencia, 1507 a 1514 Corregidor de Toledo, 1525 Gentilhombre de Cámara de Carlos V, 1525 Armado Caballero, y de cuyo matrimonio existe extensa sucesión en el Reino de Valencia.
Como dato curioso el esposo de Doña Maria Acuña y Zuñiga era del partido de la Reina Isabel, mientras que el III Conde de Valencia de Don Juan, su cuñado, era del partido de la Beltraneja, parece ser que al termino de una cena en el Castillo de Valencia de Don Juan, el señor de Villarmenteros tiro por una almena a su cuñado el III Conde por una disputa suscitada por esta cuestión.
Finalmente comentar que cuando Carlos V viene a España, reconoce en 1520 la primera Grandeza de España en 20 casas correspondientes a 25 apellidos. Dos grandezas corresponden a la Casa de Acuña; el Marquesado de Villena, con el apellido Pacheco y el conde de Ureña con el apellido Girón. A estos 25 les llamó "primos" y al resto "parientes".
Los Acuña que llegaron a América, radicaron en Perú, en la ciudad de Lima, desde donde llegó su fundador Pedro Toribio Vázquez de Acuña, con el tiempo sus descendientes se radicaron en la localidad de Petorca y sus vecindades, abarcando, entre la sexta y novena generación, ligados principalmente a la minería.
Entre los siglos XVII y XVIII, fueron dueños de la Hacienda Cóndor, en aquel hermoso valle de Pisco, en el norte de Chile.
Juan Vázquez de Acuña, nació en Madrid en 1552, llegó a Chile en 1576 como Capitán de una compañía de infantería de 60 soldados, que reclutó de su bolsillo en las costas de Sevilla, subordinado al General español Juan de Losada, debido a la necesidad de refuerzos militares que necesitaba Chile. Fue recibido por el Cabildo de Santiago el 7 de diciembre de 1584, con gran alegría por la necesidad de contar con bravos soldados españoles para la defensa del Reino; en 1587, logra su mayor ascenso cuando es nombrado Alcalde de Santiago de Chile. Ya en 1636, encontrándose enfermo y pensando que podría llegar su fin, testó en Lima, Perú.
En la Genealogía de los Cruilles, por el Barón de San Petrillo podemos encontrar en la página 148 a: Fernando de Acuña, Virrey de Sicilia, falleció en 1488 en Catania, en cuya Catedral se encuentra enterrado, y al menos tiene un hijo, que fue: Don Luis Acuña, que falleció el 14 de diciembre de 1494, en Catania y que estuvo casado con doña Isabel de Cruilles y Moncada, V Baronesa de Fracofonte, IV Baronesa de Cadra y Calataviano, falleció en Catania, y era hija del Barón Juan Cruilles Abatelli (falleció 1491) y de doña Constanza Moncada Santa Pau (murió 1497), fueron padres de Diana Acuña Cruilles, VI Baronesa de Fracofonte, V Baronesa de Cadra y Calataviano, nació el 25 de enero de 1492, en Fracofonte, falleció con 24 años en 1517, contrajo matrimonio con Fernando Moncada, hijo de Guillen Ramón Moncada, Conde de Adorno de la línea de los Condes de Augusta y Caltanisetta, del matrimonio existió sucesión.
En la página 123 del mismo libro aparece, María Josefa Acuña Prado, que era hija de los III Marqueses de Escalona y Casa Fuerte, I Marqués de Casa Fuerte, Barón de Patrix, Planes, Almudaina, Benialfaqui, Margalida, Catalamuch, Llombo y Benicapsel, nacida hacía 1708, con sucesión.
Caballeros Acuña ingresaron en las Ordenes de Santiago, Calatrava, Alcántara, San Juan de Jerusalén y Carlos III, probaron su nobleza en la Sala de Hijosdalgo de la Real Chancillería de Valladolid, en la Real Chancillería de Granada, para ejercer cargos en el Santo Oficio de la Inquisición, otros ingresaron en el Real Seminario de Nobles de Madrid.
Armas
Las primitivas armas, concedidas a Pay Gutiérrez de Acuña, por el Rey don Alfonso I de Portugal, fueron: En campo de oro, nueve cuñas de azur.
Los Acuñas de Teverga (Asturias) y en otros puntos, descendientes de Fernán Páez, Señor de Acuña Alta en Portugal, nieto de Gutierre Peláez, Señor del Páramo de la Foncella, y de los descendientes de Lope Vázquez de Acuña, hermano menor del Martín, y de su mujer, Teresa Carrillo de Albornoz, entre los que figuran los Condes de Buendía, ostentan este escudo: En campo de oro, nueve cuñas de azur, con las puntas hacia abajo, colocadas en tres fajas; bordura de plata con cinco escudetes de azur, cargados de cinco bezantes de plata, puestos en sotuer, que son las armas Reales de Portugal.
También usa estas armas el Caballero de Santiago Pedro de Acuña y Arnaldi, natural de Nápoles y originario de Baeza (Jaén), año 1671.
Los Acuña descendientes de don Martín Vázquez de Acuña y de su mujer la Infanta doña María de Portugal, Señora de Valencia de don Juan, entre los que figuran los Condes y Duques de Valencia, traen las siguientes armas: En campo de sable, una banda, de oro, cargada en el centro de un escudete de gules, sobrecargada de una cruz flordelisada, de plata, y acompañando dicho escudete, de nueve cuñas de azur; cinco a su lado derecho y cuatro a su izquierdo. Bordura de plata, con cinco escudetes de azur, cargados de cinco bezantes de plata, puestos en sotuer, que son las armas Reales de Portugal.
El Rey don Fernando el Católico por los años 1475 dio el título de Conde de Buendía a Pedro de Acuña, Caballero de Santiago y Comendador de Mora, y de él descienden los Acuña que poblaron la ciudad de Baeza. Su hijo Lope Vázquez de Acuña, Conde de Buendía y Adelantado de Cazorla, al ganar en la batalla que llaman de Quesada en la que venció a los moros, añadió al escudo anterior trece banderas alrededor y entorno del escudo.
Johan Baptiste Rietstap señala que el escudete es de plata y la cruz de gules.
Los Acuñas descendientes de doña Leonor de Acuña (hija de don López Vázquez de Acuña y de Teresa Carrillo de Albornoz), y de su marido, don Juan de Silva, entre los que están los Condes de Cifuentes, traen: Escudo cuartelado: 1º y 4º, en campo de gules, una cruz floreteada y vacía, de oro; y 2º y 3º, en campo de oro, nueve cuñas de azur. Bordura de plata, con cinco escudetes de azur, cargados de cinco bezantes de plata, puestos en sotuer, que son las armas Reales de Portugal.
Los Acuña de la ciudad de Baza, descendientes de don Francisco Vázquez de Acuña, traen las armas de éste en la forma que las acrecentó la Reina doña Juana, el 4 de enero de 1511, esto es: Escudo cuartelado: 1º y 4º, en campo de oro, nueve cuñas de azur, y 2º y 3º, en campo de azur, dos castillos de oro, puestos en situación de palo.
En la iglesia de San Martín, de la anteiglesia de Zamudio (Vizcaya), constan las siguientes armas para los Acuña: En campo de oro, nueve cuñas de azur, puestas de tres en tres; bordura de oro.
Otros, según el Cronista Gómez de Arévalo, usan: En campo de plata, nueve cuñas de azur, colocadas en tres fajas de tres.
Otros, según el Cronista del Emperador Carlos V, Ave de Gracia Dei, usan: Escudo cuartelado: 1º y 4º, en campo de plata, nueve cuñas de azur, y 2º y 3º, en campo de gules, una cruz vana floreteada de oro.
Otros, según el Cronista del Emperador Carlos V, Ave de Gracia Dei, usan: Escudo cuartelado: 1º y 4º, en campo de oro, nueve cuñas de azur, y 2º y 3º, en campo de gules, una cruz vana floreteada de oro.
Otros según el Cronista Gracia Dei, añaden al anterior escudo una bordura con las armas Reales de Portugal, y señala que la cruz es de los Pereiras.
Miguel de Salazar señala que otros pintan la cruz de gules en campo de plata.
Los Acuña, Marqueses de Casa Fuerte y Bedmar, traen: En campo de oro, una banda de azur, con quince cuñas de plata, y en medio de la banda una rosa de plata; bordura de azur, con cinco rosas de plata.
Otros, según Francisco Piferrer, traen: En campo de oro, una banda de sable, cargada de un creciente de plata, con una cruz de gules floreteada en el centro, y en cada lado seis cuñas bajas de oro, puestas tres, tres; bordura de plata, con la cinco quinas de Portugal.
Otros, según Agustín de Loaysa, traen: Escudo partido: 1º, en campo de plata, nueve cuñas de azur, y 2º, en campo de plata, cinco escudetes de azur, cargados de cinco bezantes de plata; bordura de gules, con ocho castillos de oro.
Otros Acuña, según J.-B. Rietstap, traen: En campo de oro, una banda de sable, cargada de un escudete de plata, cargado a su vez de una cruz floreteada de gules.