Cabrera
El noble y antiguo linaje de Cabrera aparece en la Historia desde tiempos remotos, radicando en Galicia, Aragón y Cataluña, y ostentando en esta última región el título de vizcondes de Cabrera y Blas.
Discuten los autores sobre la mayor o menor antigüedad de los Cabrera gallegos y aragoneses. No creen los tratadistas catalanes y aragoneses que los Cabrera de la Corona de Aragón desciendan del solar de Cabrera, en Galicia, sino de un caballero que vino de Francia acompañando al Emperador Carlomagno para luchar contra los moros, y refuerzan su opinión añadiendo que antes de que hubiera Cabrera en Galicia, los había en Aragón y Cataluña, como lo demuestran las armas, pues mientras los aragoneses y catalanes traen una cabra de sable en campo de plata, los gallegos y castellanos traen dos cabras, y éstas concedidas por el Rey Alonso XI. Otros refutan esta opinión y afirman que todos los Cabrera de España proceden de un mismo tronco y raíz, que estaba en el solar gallego, sin que suponga nada el argumento de las armas, pues desde muy antiguo los Cabrera de La Coruña ostentaron en su escudo una sola cabra, como lo testifica Rades de Andrada, que vio documentos de esta época con una sola cabra por armas.
Otro argumento esgrimen los partidarios de la mayor antigüedad de los Cabrera gallegos, y es éste: El Rey D. Ramiro III de León comenzó a reinar a la edad de seis años, muriendo en el de 985, como prueba Ambrosio de Morales en el tomo III de su obra. Dicho Monarca tuvo en su media hermana Dña. Ermesinda, un hijo llamado Sancho “el Velloso”, al que se considera como progenitor de la casa de Cabrera. Nació este Príncipe en 978, y en el año 1000, tenía por consiguiente, veintidós años, y pudo, por lo tanto, estar casado y tener hijos.
Ahora bien, la primera noticia que se halla de los Cabrera de la Corona de Aragón se remonta al año de 1668, en el cual, según Zurita, florecía D. Arnal Mir, Señor de muchos castillos en los Condados de Urgel, Pallarés y Ribagorza. Este D. Arnal tuvo cuatro hijos: dos varones, que murieron niños, y dos hembras, llamadas Valencia y Lezgardiz; la primera casada con D. Ramón, Conde de Pallarés, y la segunda con D. Ponce, Vizconde de Cabrera, que (según opinión de los Padres de la Compañía de Jesús, que hicieron el índice de los trabajos del citado historiador Zurita) fue el primer Vizconde de Cabrera, y que pudo ser muy bien hijo o nieto de Sancho “el Velloso” y tomar el nombre y título del solar de Cabrera, en Galicia, que ya pertenecía al citado D. Sancho. Que era muy mozo D. Ponce de Cabrera el año de 1068 se prueba también por el mismo historiador Zurita, que dice en el capítulo III de su obra: “El año de mil noventa y uno, Armengol, Conde de Urgel, quedó en la tutela de Ramón, Vizconde de Cardona, y de Ponce, Vizconde de Cabrera”.
Resulta de todo lo dicho que en Aragón y Cataluña no hay memoria de los Cabrera hasta el año de 1068, mientras en Galicia la hay desde antes del año 1000. El mismo Zurita, hablando del repartimiento que hizo Ramón Berenguer, Conde de Barcelona, en 1040, cita a los vizcondes de Cardona, Girona, Cervellón y otros, y no nombra a Ponce, Vizconde de Cabrera.
Sea de ello lo que quiera, estudiemos ahora el comienzo de los Cabrera de Galicia, pasando después a los de Aragón y Cataluña, hasta entrar de lleno en la exposición de las diversas ramas y líneas de esta noble y dilatada casa.
Con respecto al origen de Cabrera, en Galicia, esto es lo que dicen otros autores: Era muy lógico durante la época de la Reconquista que los soldados que estaban al servicio del ejército cristiano fueran premiados con solares y terrenos, y elevados a la categoría de nobles. Así sucedió con algunos caballeros apellidados Cabrera, muy conocidos en tierras de Castilla por su coraje y fidelidad al rey, que fueron ocupando cargos y dignidades. Así, según consta en el "Diccionario Heráldico y Nobiliario de los Reinos de España", el apellido procede de Galicia y es descendiente del caballero Sancho "el Velloso", nacido en 978, hijo natural de D. Ramiro III de León.
El Emperador Carlomagno concedió, en el año 791, el título de Vizconde de Cabrera a Ponce de Cabrera, título que fue confirmado en esta familia en 1353 y 1572. Así, el apellido se cita relacionado con los monarcas godos en la persona del Príncipe D. Osorio, primo y caudillo del rey D. Pelayo.
Una casa de Canarias formada por Alonso de Cabrera, hijo de Fernando Díaz de Cabrera, sexto Señor de las Torres de Arias Cabrera, Embajador del rey Enrique III ante el rey moro de Granada y conquistador de Antequera. Su hijo Diego Cabrera "el Viejo" fue el conquistador de las Islas Canarias.
D. Alonso de Cabrera, caballero Veinticuatro de Córdoba, pasó a Lanzarote y posteriormente a Fuerteventura. De él descienden los famosos Coroneles de la isla, a los que perteneció el Palacio del pueblo de La Oliva. Una rama pasó a Cataluña y otra a la conquista de Córdoba, donde fundó casa solar.
Leyenda del Castillo de Giribaile: Este castillo, que ha sido asentamiento romano, visigodo y árabe; fortaleza-defensa romana y Camino Real de Toledo a Almería fue dado a D. Fernando III "el Santo" por Acet-Abe- Mohammend en 1227 tras la batalla de las Navas de Tolosa. El 20 de febrero de 1274 cuando Alfonso X se lo entregó a la ciudad de Baeza, la Orden de Calatrava se ocupó de la fortaleza. En 1292 Sancho IV se lo entregó al juez de Baeza D. Gil Bayle de Cabrera con las tierras que ocupaban los valles de los ríos Guadalimar y Guadalén. D. Gil, orgulloso de sus posesiones llegó a grabar en la puerta del castillo: "De río a río todo es mío. Esta es la tierra de Gil de Bayle, que no morirá de sed, de frío, ni de hambre". Un nieto de D. Gil se enamoró de una bella doncella y como no la pudo conseguir, la raptó y llevó al castillo. Siendo despreciado por Magdalena (la doncella), la encerró en un calabozo. Un día salió de cacería, alejándose de sus acompañantes siguiendo a un jabalí y fue atacado por el padre, hermanos y amante de la doncella, quienes lo arrojaron a un profundo barranco donde -paradojas de la vida- murió de sed, frío y hambre.
Armas
Las primitivas del linaje, eran: En campo de oro, una cabra pasante, de sable.
Los vizcondes de Cabrera y sus ramas en Aragón y Cataluña añadieron al escudo anterior una bordura componada de oro y sable.
Los de Galicia, Córdoba, así como muchas de sus ramas usaron posteriormente: En campo de oro, dos cabras pasantes de sable, puestas en palo.
Los de Calatayud y Zaragoza: En campo de plata, dos cabras pasantes de sable, puestas en palo.
Otros aumentaron el anterior escudo con una bordura componada de dieciséis piezas, cargadas con las armas de los Enríquez.
Los de Bielsa (Aragón): En campo de oro, una cabra pasante de sable; bordura de plata, con ocho piezas semicirculares, jaqueladas de oro y azur (nos queda la duda si la representación de esas piezas que exponemos es la correcta).
La de Baeza (Jaén): En campo de plata, una cabra de sable; bordura cosida de plata, imitando, con sus perfiles, riscos y peñas, en alusión, sin duda, a la desgraciada muerte de Gil Bayle de Cabrera, caballero de dicha rama.