Carvallo, Carballo

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Hubo en España dos solares distintos de este apellido, uno en Asturias y otro en Galicia.

El de Asturias radicó en la parroquia de Carballo, del Ayuntamiento de Cangas de Tineo, y de este solar dimanó la casa del mismo apellido en la villa de Onís, en la misma.

El de Galicia estuvo sito en la villa de Carballo, de la provincia de La Coruña, que poseía en Señorío.

En las provincias de La Coruña, Lugo, Orense y Pontevedra existen lugares denominados, que quizás tengan relación con este linaje.

Pasaron a Argentina, Bolivia, Brasil, Costa Rica, Cuba, Chile, El Salvador, Estados Unidos, Filipinas, Guatemala, Honduras, México, Puerto Rico, Uruguay y Venezuela.

Entre los Caballeros Hijosdalgo llamados por los Reyes Católicos Don Fernando y Doña Isabel en 1494 en su Corte fue Juan de Carvallo Medial, de León.

La rama portuguesa de este linaje entroncó con las más nobles familias del vecino Reino. Pedro de Carballo, hermano de Rui de Carballo, fue el progenitor de los Señores de Arambugeyra. Su descendiente, Lorenzo Pérez de Carballo, Señor de Arambugeyra, fue Veedor de las Obras de Portugal y Comendador de San Pedro de Aguiar en la Orden de Cristo. Casó con Camila de Noroña y tuvieron estos hijos: Enrique Carballo, Señor de la misma población, y Mencía de Villena. Hijos del primero fueron Gonzalo Pérez Carballo, Luisa y Magdalena.

Otros descendientes de la rama portuguesa eran el Cardenal Pablo Carvallo y Lorenzo Carvallo, Capitán General del Paraguay.

Una rama pasó a Vizcaya. Mencía Carvallo casó con Juan de la Guerra Leguizamón, Patrono de Begoña (Bilbao), que murió en Tarifa.


Armas

Escudo de armas

Los del solar de Galicia tenían éstas: En campo de oro, un árbol de sinople arrancado, puesto al lado diestro, y un brazo armado, de sable, con una espada en la mano, moviente del flanco siniestro.

Estas mismas armas traen los apellidados Carballo de Cora, originarios de Galicia y radicados en Vivero, Lugo y El Ferrol, según Vicente de Cadenas.

También usan las mismas armas los de Portugal.

Escudo de armas

Algunos pintan la espada guarnecida de oro.

Escudo de armas

También usaron estas otras: En campo de oro, un árbol de sinople que llaman carballo (parecido al roble), y pendientes de las ramas dos cadenas de hierro, una a cada lado, y un lobo pardo al pie del tronco, atado a éste con otra cadena de sable.

Escudo de armas

Otros aumentaron una cadena de azur, en situación de banda, más cinco panelas de gules.

Escudo de armas

Los Carballo o Carvalho o Carvalhal, en Portugal, traen: Escudo partido: 1º, en campo de gules, un árbol (carballo) al natural, arrancado y perfilado de oro, y 2º, en campo de gules, una torre redonda, de plata, aclarada de sable y azotada por olas de mar de azur y plata.

Escudo de armas

Otros Carballo portugueses, descendientes de Gil Fernández Carvalho, tienen: En campo de azur, una estrella de oro puesta en abismo y encerrada entre cuatro crecientes de plata apuntados.

Escudo de armas

Según Juan Baños de Velasco, hay Carballo en Asturias que ostentan este otro: Escudo cuartelado en cruz: 1º y 4º, en campo de plata, tres fajas de gules, y 2º y 3º, en campo de plata, un lobo andante de sable.

Escudo de armas

Juan Alfonso de Guerra señala que son bandas en vez de fajas.

Escudo de armas

Los de Asturias, según José Pellicer y Tobar, traen: En campo de oro, un árbol carballo copudo muy frondoso y dos calderones de sable colgados de tres ramas y por cada lado y al pie del tronco un lobo andante, atravesado, linguado de gules y descubierto.

Escudo de armas

Los de Cangas de Narcea (Asturias), según Vicente de Cadenas, traen: En campo de plata, un roble o "carballo", de sinople, con una doncella a su costado siniestro intentando torcer una rama del árbol. Lema: "La virtud me hará torcer, que, por fuerza, no tengas temor que fuerza".

Escudo de armas

En la casa de los Sierra, en Jarceley (Asturias), constan: En campo de plata, un roble de sinople y a su costado izquierdo una doncella que intenta quebrar una rama. A la diestra, un castillo de su color y ante su puerta un hombre.

Escudo de armas

Los del solar de Asturias, según Tirso de Avilés: "pintan un coco al pie de un roble y una doncella, asidas las manos a una caña del árbol, queriendo torcerla, y el lema siguiente: «El coco te voló el pie»".

Escudo de armas

Los originarios de Galicia, radicados en Santiago de Chile y La Serena (Chile), según Vicente de Cadenas, traen: Escudo medio partido y cortado: 1º, en campo de azur, tres bezantes de plata, puestos en dos fajas; 2º, en campo de oro, terrasado de sinople, un árbol del mismo color, adiestrado de cuatro y siniestrado de cinco lanzas de sable, y 3º, en campo de gules, un león de oro con la testa contornada embrazando un escudo oval de plata con tres fajas ondeadas de gules.

Escudo de armas

Los de Vizcaya, según Juan Carlos de Guerra, traen: En campo de oro, un árbol de sinople arrancado, y moviente del flanco izquierdo, un brazo armado, empuñando una espada alta de plata guarnecida de oro.

Escudo de armas

Otros: En campo de oro, una encina, de sinople, con un lobo, de sable, pasante a su tronco.

Escudo de armas

Los apellidados Carballo del Pozo, según Juan Félix de Rújula y Vaca, Cronista y Rey de Armas del Rey Don Alfonso XIII, traen: En campo de oro, un árbol llamado carbajo o carballo, parecido al roble, de sinople, un lobo de sable atado a su tronco y dos calderas del mismo color colgadas de las ramas, una a cada lado.

Escudo de armas

José Pellicer y Tobar señala que el lobo es pardo.

Escudo de armas

También usan estas otras: De plata, con un carballo o roble de sinople, frutado de oro y acompañado en la parte diestra de una mujer en actitud de tirar de las ramas del árbol, y en la parte siniestra, de un león de su color, rampante, que sostiene en sus manos un escudete, que cuelga de una de las ramas. Este escudete es de gules, cargado de una alcándara (percha o varal donde se colgaban los halcones y otras especies de volatería) de plata, de la que cuelgan dos guantes de cazador de oro. A la diestra de la alcándara, un halcón de su color. El escudete se halla rodeado de esta leyenda: "La virtud me hace torcer; que, por fuerza, no tengáis temor que tuerza".