Flor, Flors, Zaflor, López de la Flor
El Linaje Flor es originario de Castilla y León, se extendió por todo el territorio español.
Desde tiempos muy antiguos hubo caballeros de este apellido en el valle de Toranzo (Cantabria). Luego lo unieron al patronímico López, formando la familia apellidada López de la Flor, que tuvo casa solariega en el lugar de Carandia, perteneciente al citado valle de Toanzo. Una rama de este solar pasó, a Alcalá de Henares (Madrid), donde quedó establecida.
Hubo familias del apellido Flor en Cataluña y en Valencia. La de este última región se apellidó Flors. Ambas a juzgar por sus escudos, debieron dimanar de los Flor del Valle de Piélagos, provincia de Santander.
Uno de los primeros caballeros de la familia Flor mallorquina fue Guillermo Flor, que en 1285 juró obediencia al rey don Alonso III de Aragón, como diputado por la villa de Muro. Otro Guillermo Flor poseía, en 1343, la caballería de Lloró, en Santa Margarita, y fue aquel año baile general de la isla.
Pedro Flor, doctor en medicina, fue médico de cámara del rey don Pedro IV de Aragón, y este monarca, con fecha 30 de febrero de 1381, le concedió, así como a su hijo Juan, una pensión anual de 150 reales de oro, de Mallorca, por haberle curado de una grave enfermedad. Juan Flor, también médico, y acaso hijo del anterior, era jurado en 1394, 1405 y 1409, de la ciudad de Mallorca, por el estamento de ciudadanos. Llevando el pendón real figuró en la comitiva que acudió a recibir al rey don Martín de Sicilia, cuanto éste llegó a Mallorca. En el año 1443 desempeñó el cargo de veguer en la misma ciudad.
En Aragón tuvo casas solares en Estercuel, su duelo Jorge Flor; en Muniesa, sus dueños Bertholomeu Flor y Johan Flor, y en Montalbán (todo en Teruel), su dueño Domingo Flor, documentadas en la Fogueración aragonesa de 1495.
En Cataluña tuvo casas solares en Liñola, su duelo Mº Antoni Flor; el Lérida, su dueño Antoni Flor; en Puigvert (ambas en Lérida), sus dueños Bertolomeu Flor, Joan Flor y Pere Flor; en Riudellots de la Selva, su dueño Joan Flor de Vidrera, y en Tordera (ambas en Gerona), su dueño Steve Flor, documentadas en la Fogueración catalana de 1553, y en la ciudad de Gerona, registrada en el siglo XVI.
En el País Vasco tuvo casa solar en la villa de Portugalete (Vizcaya), documentada en el siglo XVI.
Dalmau Flors fue Jurado de la ciudad de Valencia en 1491.
Pasaron a Bolivia, Costa Rica, Ecuador, Estados Unidos, Filipinas, México, Perú, Puerto Rico, República Dominicana y El Salvador.
Mateo de la Flor, natural de Carandia, del valle de Piélagos, Prior de San Juan de Obe fue religioso de la Orden de San Juan de Jerusalén, en la que ingresó en 1657.
Lucio Flor y consortes, vecinos de de Belalcázar (Córdoba), probaron su nobleza ante la Real Chancillería de Granada en 1551.
Francisco Flors Masch Feres y Olmo, natural de Valencia, presbítero, probó su limpieza de sangre para ejercer el cargo de Comisario ante el Santo Oficio de la Inquisición de Valencia, en 1738.
Armas
Las primitivas de los Flor, del Valle de Piélagos, en la provincia de Santander: En campo de azur, tres flores de lis, de oro, bien ordenadas.
Estas mismas armas tienen los Flors de Valencia.
Algunos Flors: En campo de azur, dos estrellas, de oro, puestas en banda.
Los Flor, de Cataluña, según García Carrafa y los Flor, de Cerdeña, según José Gramunt, traen: En campo de plata, una flor de lis de gules.
Los Flor, de Mallorca, traen: En campo de plata, un brazo vestido, de azur, moviente del flanco siniestro y con un ramo de flores en la mano, al natural.
Según Ramón Piñol, los Flor, traen: En campo de oro, tres hojas, de sinople.
Otros traen: En campo de plata, un roble, de sinople.
Los de Guarnizo (Cantabria), según Vicente de Cadenas, usan: En campo de plata, dos leones, de oro, afrontados.
Los radicados en Santander y extendidos a La Coruña y Cuba, según Vicente de Cadenas, traen: En campo de sinople, una rosa, de plata, botonada de gules. Jefe de oro, con tres flores de lis, de azur, puestas en faja.
Los López de la Flor, de Alcalá de Henares, que procedieron, como ya se dijo, de la casa cántabra del lugar de Carandia, usaron este otro escudo: Escudo partido: 1º de gules, con seis bezantes de oro y bordura de plata, con ocho sotueres de gules, es decir de López; y 2º, de oro, con una banda de gules, acompañada en lo alto de una flor de lis del mismo color, y en lo bajo de un árbol, también de gules, siniestrado de un león empinado a su tronco.
En el barrio de Castañeda, del lugar de Zurita, del valle de Piélagos (Cantabria), constan: una cruz encajada entre tres flores unidas por el tallo.