Este apellido tuvo casas solares en Cantabria y en San Cipriano de Vallalta (Barcelona), documentada esta última en el siglo XVI.

Probaron su nobleza ante la Sala de los Hijosdalgo de la Real Chancillería de Valladolid: Juan de Llata, vecino de Peñacastillo (Cantabria), casado con María de Palazuelos (hijo de José la Llata), en 1772; José de la Llata, vecino de San Román, de la jurisdicción de Santander (casado con María de Herrera e hijo de José de la Llata), por sí y como padre de Manuel de la Llata y Herrera, en 1772; Manuel de la Llata, hermano del anterior, vecino de Castillo, por sí y como padre de Francisca de la Llata y Herrera, en 1772; José de la Llata y Pedrajo (casado con Rosa Sáinz), por sí y como padre de José, Manuel, Juan y Josefa de la Llata y Sáinz, vecinos de San Román y Soto de la Marina, en Cantabria (hijo de Juan de Llata y de Antonia de Pedrajo y nieto paterno de Santiago de la Llata y de María del Castillo), en 1772; y Lorenzo de la Llata y Pedrajo, hermano de los anteriores, por sí y como padre de Manuel, Clara, Josefa, Bernarda, María y Barbará de la Llata y Sáinz, vecinos de Soto de la Marina y San Román, en 1772, casado con Josefa Sáinz. Eran hijos de Juan de la Llata Salas, bautizado en San Cibrián el 19 de Mayo de 1657, donde figura en los Padrones de Nobleza como Hidalgo en 1702, 1710, 1723 y 1730, y de Antonia del Pedrajo; nietos paternos de Juan de la Llata Castillo, que figura en los Padrones de Nobleza de San Cibrián como Hidalgo en 1656 y 1662, y de María de Salas, casados en San Cibrián el 24 de Enero de 1657, y biznietos paternos de Santiago de la Llata y de María del Castillo.

Juan Antonio y Manuel Llata y Pedrajo, bautizados en San Cibrián el 28 de Octubre de 1719 y el 11 de Septiembre de 1704, respectivamente, y vecinos de Soto de la Marina, obtuvieron Real Provisión de hidalguía ante la Sala de los Hijosdalgo de la Real Chancillería de Valladolid el 9 de Marzo de 1756. Figuran en los Padrones de Nobleza de San Cibrián como Hidalgo en 1710, 1723 y 1730.

En campo de azur, siete torres, de oro, puestas en dos fajas de a cuatro y de a tres.

En el lugar de Soto de la Marina, del valle de Camargo (Cantabria), constan en una piedra armera: Escudo cuartelado: 1º y 4º, en gules, un grifo rampante de oro, y 2º y 3º, en plata, dos lobos naturales andantes, linguados de gules, puestos en palos.