Palomeque
Este es uno de los ocho linajes mozárabes de Toledo, nobles e ilustres, de los descienden las familias apellidadas Toledo, Palomeque, Illán, Portocarrero, Gudiel, Cervatos, Roelas y Armíldez. Así lo afirma Argote de Molina.
Desde que los moros se apoderaron de la ciudad de Toledo hasta que el Rey Don Alfonso VI de Castilla la reconquistó, pasaron cerca de cuatrocientos años, y durante ese tiempo los caballeros cristianos godos que en ella quedaron no abandonaron su santa fe, ni perdieron su nobleza y caballería, pagando a los Reyes moros los tributos. Por vivir mezclados con los árabes, fueron llamados "mixti árabes", según testimonio del Arzobispo don Rodrigo, y después ""mozárabes", y les era permitido oír misa en los templos de San Marcos, San Lucas, San Sebastián, San Torcuato, Santa Justa y Santa Eulalia, que se conservaron en Toledo desde el tiempo de los godos y en los que modernamente se ha seguido diciendo la misa mozárabe en los días de sus advocaciones, como también en la capilla de Corpus Christi de su Catedral y en otras iglesias de España.
Agrega Argote de Molina reproduciendo lo que el citado Arzobispo don Rodrigo dejó escrito, "que como el Rey don Alonso, que ganó a Toledo, casase con Beatriz, hija del Rey de Francia, persuadido por ella intentó que se usase el oficio romano francés; y siéndole hecha contradicción por los prelados y ricohombres del reino, enviaron sobre ello al Pontífice, que en aquella sazón era Alejandro II, el cual envió a España a Ricardo, abad de San Víctor de Marsella, por su legado sobre ello. Y sucediendo por muerte de Alejandro en la silla apostólica, Gregorio, y estando divididas las voluntades del rey y reino, acordaron en definirlo por las armas, y fue nombrado de parte del rey y del oficio romano francés, un caballero, y de parte del reino y del oficio toledano gótico, otro. Y metidos en estacada en el año 1084, dio Dios la victoria al reino, venciendo su caballero, que era de la casa y familia de Matanza, ilustre en España, del cual, como consta por tradiciones antiguas, desciende la familia y linaje de Palomeque".
Así queda explicado el origen y procedencia del linaje de que venimos tratando, pero resta por conocer a qué se debió que esta familia, derivada de uno de los ocho linajes mozárabes de Toledo, se apellidase Palomeque.
Una versión, que tiene más de leyenda que de realidad histórica, refiere que cuando a causa de las diferencias y contradicciones que surgieron entre el Rey Don Alfonso VI y los Prelados y Ricohombres de Toledo sobre el rito y ceremonias que habían de prevalecer en el oficio de la misa y se decidió designar los caballeros que sometiesen el asunto a la resolución del Sumo Pontífice, se reunieron los cristianos más ilustres de Toledo, acordando soltar varias palomas y conviniendo que formarían tan importante embajada aquellos en quienes se posase una de las palomas y hubo uno de los nobles en cuyo hombro se posaron sucesivamente dos palomas, lo que le indujo a tomar por apellido el de Palomeque y por armas nuevas de su linaje, dos palomas blancas.
Varios autores escriben que entre los ascendientes de este linaje figuró una Infanta de España llamada Palomeca y que en memoria de ella se apellidaron Palomeque, aseveración más fantástica y caprichosa, si cabe, que la anteriormente consignada.
Más lógico y acertado es suponer (y nosotros así lo suponemos) que por haber sido premiados los de este linaje, después de la reconquista de la imperial ciudad, con la villa de Palomeque, de la provincia de Toledo, tomaron su nombre por apellido, dejando de usar, al menos los poseedores de dicha villa, el que les correspondía por su ascendencia mozárabe, eligiendo también la paloma como pieza de sus armas en alusión al nombre de Palomeque, siguiendo la costumbre de aquella época.
Entre los antiguos varones de esta familia figura el Arzobispo don Gonzalo Palomeque, hermano, según Argote de Molina, de Pero Díaz de Toledo, Adelantado de Cazorla, que fue heredado en Garcíez, de la provincia de Jaén, y que conservó su hacienda y casa con apellido de Quesada por haber ganado a los moros la localidad de ese nombre, también perteneciente a la provincia de Jaén; Gonzalo Díaz Palomeque, que casó con Melesenda Sánchez de Biedma, y Fey Gutierre González Palomeque, hijo de los anteriores y Comendador Mayor de Calatrava, que hizo donación a esta Orden de los bienes que sus padres habían comprado al Conde don Pedro Manrique, Señor de Molina, y a su hermana María, por escritura del año 1211.
En mediados del siglo XV florecieron caballeros de este apellido enlazados con la familia Meneses. Uno de ellos fue Lope González Palomeque, Señor de Villaverde, que casó con Mayor Téllez de Meneses, de la que tuvo a Tel García Palomeque, Señor de Villaverde, que contrajo matrimonio con Marquesa Díaz (nieta materna de Fernán Díaz, Alcalde Mayor de Toledo), naciendo de ese enlace Juan Palomeque, Señora de Villaverde, segunda mujer de Juan Ramírez de Guzmán y ambos padres de Guzmán y Palomeque, Señor de Villaverde y de Castañar, que casó con Mencía de Haro, de la que dejó descendencia.
Jerónimo Palomeque y Duque de Arroyo, natural de Madrid, fue Caballero de la Orden de Santiago, en la que ingresó en 1640.
Fueron Caballeros de la Orden de San Juan de Jerusalén: Diego de Palomeque de Meneses, vecino de Torrijos (Toledo), en 1576; Cayetano Palomeque, natural de Madrid, en 1688; y Gaetano Domingo Palomeque y Contreras, natural de Madrid, en 1695.
María Palomeque y Duque de Arroyo, natural de Madrid, del Convento Santa Fe de Toledo, probó su hidalguía y limpieza de sangre para ingresar como religiosa en la Orden de Santiago en 1628. Era hijo de Jerónimo Palomeque y de Ana Duque de Arroyo y nieto paterno de Jerónimo Palomeque y de Leonor de Arroyo.
María Palomeque, natural de Alcántara, del Convento Sancti Spiritus de Alcántara, probó su hidalguía y limpieza de sangre para ingresar como religiosa en la Orden de Alcántara en 1585. Era hija de Alonso del Barco y de Francisca de Escobar y nieta paterna de Francisco del Barco y de Teresa Palomeque.
Armas
Las antiguas del linaje son estas: En campo de azur, una paloma de plata. Bordura de oro con ocho sotueres de gules. Así se ven en la capilla del Corpus Christi de la Catedral de Toledo, en un sepulcro de mármol liso perteneciente a los antiguos caballeros Palomeque, y en el que, según creencia de Argote de Molina, yace el Arzobispo don Gonzalo Palomeque.
Más tarde trajeron también este otro escudo: En campo de azur, dos palomas de plata puestas en palo (una sobre otra), y bordura de gules con ocho sotueres de oro. Escudo que solo se diferencia del anterior en que son dos las palomas en vez de una.
Algunos heraldistas dicen que, dichas palomas tienen las patas y picos de gules.
Otros invierten los esmaltes equivocada mente, pintando las palomas de azur y campo de plata.
Los Palomeque, de Salamanca, usaron: En campo de azur, un león rampante de oro. Bordura de gules con ocho palomas de plata.
Los Palomeque, de Salamanca, usaron: En campo de azur, un león rampante de oro. Bordura de gules con cinco palomas de plata.
Juan García Palomeque, Obispo de Badajoz en 1349-1372, usaba: Dos palomas contornadas puestas en palo.
En la iglesia de la Santísima Trinidad, parroquia de San Torcuato, de la ciudad de Zamora, del siglo XVII, constan las armas de Hernán Palomeque: En campo de azur, cinco palomas de plata, puestas en sotuer.
Los de Zaragoza usan las anteriores armas.
Otros: En campo de plata, dos palomas de azur. Bordura de gules, con ocho aspas de oro.
Otros: En azur, una paloma, de plata. Bordura de gules, con ocho aspas, de oro.
Otros: En campo de azur, un ala, de oro.