Sáenz de Tejada

Versión de impresión

Todo lo que se sabe de la antigüedad del solar de este linaje y de su fraterno el de Valdeosera, está condensando en una Real carta ejecutoria del Rey Don Enrique IV de Castilla, dada en Valladolid el 10 de Septiembre de 1460, confirmando los privilegios que en siglos anteriores habían obtenido los descendientes de dichos solares. Uno de estos privilegios, que data de la era de 872 y que figura en la mencionada Real Carta, dice así:

"Habendo el perverso Rey Mauregato, fijo bastardo del Rey Don Alfonso el Católico, con traición tiranizado e usurpado el reino de León con ayuda que los moros le dieron con pacto que les había de dar cada un año si se coronase por Rey de León, cien doncellas, las cincuenta nobles para tratar casamiento con ellas y las otras cincuenta para mancebas, e por muerte de tan malvado e perverso Rey entró en el Reino el Católico Ramiro I en la dicha era e enviando de Rey Abderraman, segundo Rey moro de Córdoba, su embajada pidiendo el referido tributo, el Rey Católico Ramiro se le negó movido de Cristianísimo celo e ser tan injusto que estaba presto para lo defender y el Rey moro en vista desta respuesta quedó muy sentido. Y el Rey Católico juntó grande exército siendo capitán de los suyos Sancho y éste con el favor de Dios venció a los moros en el día veinte y uno de Mayo de dicho año, habiendo muerto en la pelea cerca de setenta mil moros, quedando apoderado de los fuertes de Viguera y Clavijo, y acabada la referida Victoria el Católico Rey edeficó la Iglesia del bendito Santiago e instituyó la Orden de sus Caballeros y el primero queste Católico Rey fizo e armó fue a su general Sancho Texada, que assí se llamó, por lo mucho que le amaba y tener deudo con la sangre real de León e le dejó por Alcayde de dichos dos fuertes, el cual tuvo trece hijos en María Nuñez Gundimara, su muger legítima, de la Casa de Toral, defendiendo con tanto valor dichos dos fuertes que con sus trece hijos en campaña y doce caballeros galicianos hizo tal diligencia que ganó al moro toda la tierra fasta el Reino de Aragón y la puso a los pies de su Rey y Señor quien en gratificación de sus servicios le dio una Villa en tierra de León muy luenga, hízole Señor de los montes Cadines en donde le defendió del riesgo e por los muchos tejos que allí había e por el que cojió cuando se le quebró la lanza, se llama la montaña de Texada o montes. En estos montes edificó su Casa y hasta hoy se conserva por sus descendientes con el título de su primer Señor. El Católico Rey le dio otra montaña que se llama Balde Osera que por los muchos osos que allí había se llamó así: en esta montaña hizo trece barracas y a ellas envió a los doce Caballeros e a su hijo menor llamado Sancho como el Padre y así a los doce Caballeros como a su fijo los hizo señores della y en la de Texada o montes Cadines se quedó este General con siete fijos que se llamaron Fernando, Matheo. Martín, Andrés, Lope, Pedro y Gonzalo y los otros cinco envió a la montaña de León en la villa que le dio el Católico Rey y en esta forma acomodó a sus trece fijos e así mismo el Católico Rey dio a su General el blasón de Armas en gratificación de los referidos en que están epilogados sus nobles hechos". Este escudo lo describiremos más adelante.

Esa Real Carta ejecutoria de Don Enrique IV fue confirmada por otra de los Reyes Católicos, dada en el Real de la Vega de Granada el 8 de Julio de 1491; por un Real privilegio de Don Carlos V, dado en Madrid el 15 de Febrero de 1527, y por sucesivas confirmaciones de Don Felipe III, en 1620; Don Fernando VI, en 1749; Don Carlos III, en 1780; Don Fernando VII, en 1816; Doña Isabel II, en 1868; Don Alfonso XII, en 1878. y Don Alfonso XIII, en 1903.

Aunque la mencionada Real carta ejecutoria de Don Enrique IV se perdió o fue robada. su autenticidad es evidente. Hasta llegado el siglo XIX se custodió en el Archivo del solar de Tejada y la tuvieron en sus manos gentes que la han descrito con precisos pormenores de la antigüedad de sus letras, de su encuadernación de piel de becerro, sus sellos pendientes de cordones y otros detalles que caracterizan tales documentos. Comprueba también su autenticidad algo más importante, su texto, reproducido en la otra Real Carta de los Reyes Católicos firmada en el Real de la Vega de Granada el 8 de Julio de 1491.

La referencia que hacen esos y otros documentos a la batalla de Clavijo ganada a los moros con la ayuda del Apóstol Santiago en tierras de la villa riojana del mismo nombre. ha tropezado con la oposición de algunos cultivadores de la moderna crítica histórica. para quienes aparece dudoso aquel memorable hecho de armas, en pugna con los que. por cristianos y españoles, como nosotros, creemos en su certeza. Lo mismo acaece con el tributo de las cien doncellas, tema también muy discutido y que no corresponde traer a examen en estas páginas. Pero queda al margen de esas discusiones la preclara figura de Sancho de Tejada o Fernández de Tejada, deudo del Rey Don Ramiro I de León, Capitán de sus tropas, caudillo de las batallas que abrieron el camino de la recuperación de La Rioja, Conquistador de los castillos de Clavijo y Viguera, que permanecían en poder de los moros, y tronco y fundador de los solares de Valdeosera y Tejada y, como tal, de las trece casas que por su mandato se construyeron alrededor de la iglesia cristiana para que en elles viviesen sus trece hijos y caballeros y allí permaneciesen en servicio de su Rey y en defensa de las tierras encomendadas a su custodia, dando así principio a las famosas trece divisas, primitivos núcleos cristianos de población, principalmente en los montes de Cameros, cuyas trece casas, según lo ordenado por su fundador, no se pudieran enajenar, vender, ni perder, has el fin de los tiempos.

Con el transcurso de los años fueron aumentando y multiplicándose los descendientes de esas trece casas (cada una de las cuales era cabeza de una divisa o linaje), pero conservando siempre entre ellas el nexo familiar de su común origen y procedencia; acudiendo a inscribirse en el viejo solar como hijosdalgo, según el antiguo fuero y costumbre; llamándose parientes fuera cual fuese la clase social a que pertenecieran, y manteniendo vivas las gloriosas tradiciones que de una en otra generación iban legándoles sus antepasados, así como sus rancios privilegios y viejas ordenanzas.

De cómo y cuándo fueron establecidas esas viejas ordenanzas, no hay noticia documental y concreta. Pero en las que fueron redactadas en 1579 consta que se hicieron y se establecieron como había venido practicándose desde tiempo inmemorial, y que una vez consolidada la reconquista de La Rioja, y siendo ya muy numerosa la descendencia de los fraternos solares de Tejada y Valdeosera, acordaron los hijosdalgo de las trece divisas, para no enajenar, ni vender, ni perder las casas y tierras del Señorío, dejar cada divisa, casa y tierras por indiviso entre todos los diviseros de cada una de las trece y que fueran ocupadas por renteros en calidad de vasallos del solar, disponiendo los Señores de los pastos, cultivando las tierras los renteros y pagando éstos sus rentas en metálico y en especie en el mes de Septiembre de cada año, día de San Miguel, costumbre que ha llegado a los actuales tiempos.

Dichas ordenanzas y otros interesantes documentos guardan en el Archivo del Solar de Valdeosera, existente en la pequeña iglesia que a dicho solar, pertenece y en un hueco abierto en sus muros y que cierra una pesada puerta de nogal cruzada con tres barras de hierro que se unen a tres candados y dotada de fuerte cerradura. Los documentos depositados en ese archivo datan del siglo XV hasta nuestros días. Y se cree que la iglesia no es anterior al siglo XVI.

Es lo más probable que por llamarse Sancho el fundador de los solares hermanos de Valdeosera y Tejada, tomaran el mismo nombre muchos de sus nietos y bisnietos; y que los descendientes de ellos lo convirtieran en el patronímico Sáenz, según la costumbre de la época, siendo lógica consecuencia de tal cambio la abundancia de familias apellidadas Sáenz que ya radicaban en La Rioja en pleno siglo XV, teniéndose la mayor parte por descendiente de alguna de las trece de las famosas divisas, originarias, a su vez, de un mismo tronco. Pero a pesar de que la tradición mantenía y mantiene esa común procedencia, no es posible probar documentalmente el parentesco entre unas y otras con anterioridad al siglo XV por absoluta falta de documentación.

En dicho siglo pertenecían principalmente las familias Sáenz a las divisas del solar de Valdeosera llamadas de "Iñigo Martínez de Abajo", de "Iñigo Martínez de Arriba", de "Regajal", de "Juan del Valle" y de "Pedro Sáenz de Velilla", y su patronímico Sáenz lo fueron uniendo por enlaces a otros apellidos, formando los compuestos de Sáenz de Tejada, Sáenz de Heredia, Sáenz de Cabezón, Sáenz de Cenzano, etc., y también a los patronímicos Iñiguez, Fernández, Martínez y otros.

Tejada es apellido solariego originario del solar del mismo nombre, fraterno del de Valdeosera, con el igual origen y tronco. Por su entronque con sus parientes los Sáenz, de Valdeosera, se convirtió en el también compuesto de Sáenz de Tejada.

En el siglo XV aparecen dos Pedro Sáenz del solar de Valdeosera que viven en Valdeosera, villa del Señorío. Para diferenciados se les llama Pedro Sáenz "el de Abajo" y Pedro Sáenz "el de Arriba", y por probanzas, ejecutorias de hidalguía y otros documentos genealógicos se sabe que, ambos intervinieron en la redacción, de las Ordenanzas Viejas del año 1579 y que de ellos proceden los Sáenz de muchos pueblos de La Rioja.

Pedro Sáenz "el de Arriba" quien, como también ya se ha dicho, intervino en la redacción de las Viejas Ordenanzas, casó con Lucía Iñiguez, descendiente del mismo solar de Valdeosera, y de este enlace fue hijo Pedro Sáenz, llamado "el Menor", que en la Divisa de Iñigo Martínez de Abajo dejó dilatada sucesión en La Rioja con rama en Sevilla. De este último Pedro procedieron los Sáenz de Heredia de la ciudad riojana de Alfaro y los establecidos en la navarra de Corella; los Sáenz. Adán del lugar de Rivalmaguillo (La Rioja), y otras muchas ramas que sería imposible pretender incorporar a este trabajo por razones expuestas en la anterior información del patronímico "Sáenz".

Probaron su nobleza ante la Sala de los Hijosdalgo de la Real Chancillería de Valladolid: Francisco Sáenz de Tejada, vecino de Terroba (La Rioja), en 1728; Francisco Antonio Sáenz de Tejada, vecino de Torrecilla de Cameros (La Rioja), en 1765; Manuel José Sáenz de Tejada, vecino de Torrecilla de Cameros, en 1765; y Manuel José Julián Sáenz Tejada, vecino de Torrecilla de Cameros, en 1828.

Probaron su nobleza ante la Real Chancillería de Granada: José Sáenz de Tejada, vecino de Jaén y originario de Castilla, en 1773; y Juan Francisco Sáenz de Tejada, natural y vecino de San Román de Cameros (La Rioja) y hacendado en Coín (Málaga), en 1765.


Armas

Escudo de armas

El privilegio del Rey de Castilla Don Enrique IV, firmado en Valladolid el 10 de Septiembre de 1460, es el documento más antiguo que describe el blasón de los solar hermanos de Valdeosera y Tejada con sus particiones, piezas y esmaltes. En otras páginas de este trabajo queda dicho que ese documento se perdió o fue robado; pero como su texto se copia íntegro y textualmente en el posterior privilegio de reconocimiento de los Reyes Católicos, dado en la Vega de Granada el 8 de Julio de 1491, y el texto es lo que importa, no puede caber duda sobre su autenticidad. He aquí la organización de las armas de los solares de Valdeosera y Tejada conforme a la forma descrita en los mencionados privilegio reales:

Escudo cuartelado por una cruz paté de oro: 1º, en campo de sinople, dos castillos de piedra almenados y sumados de una bandera de plata cargada de una cruz llana de gules; 2º, en campo de azur, dos crecientes de plata adiestrados y rodeados de trece estrellas de oro de ocho puntas; 3º, en campo de plata, un león rampante de gules coronado de oro, y 4º, cortado de plata y sinople, y sobre el todo, el tejo o roble al natural, con una rama desgajada y nudosa a la que está encadenado un oso de sable. Bordadura de oro con trece cruces de Santiago, de gules, alternando con trece veneras de azur o cargadas éstas de las cruces, que así también fueron pintadas.

Por timbre lleva este escudo una celada de oro, sumada de medio cuerpo de león del mismo metal, coronado, linguado y armado de gules, y por adornos exteriores trece banderas salientes de los flancos, cargada cada bandera de un creciente de plata ranversado. Y este lema, en una cinta, saliendo de las fauces del medio león: "Ecce beatificamus eos qui sustinuerunt".

A pesar de que en el privilegio de Don Enrique IV (reproducido en el de los Reyes Católicos) se dice que el Rey Don Ramiro I dio a su General Sancho Fernández, de Tejada, fundador de los solares fraternos de Valdeosera y Tejada, el referido escudo de armas "en el que están epilogados sus grandes fechos", es evidente que su antigüedad no puede remontarse al reinado del Monarca asturiano Don Ramiro I, puesto que en aquellos remotos tiempos aún no había comenzado el uso, no ya de los blasones familiares y menos con tan perfecta organización heráldica, sino incluso los de la realeza y casas feudales mucho más sencillos. Ese y otros con ligeras variantes que figuran en las piedras armeras de los descendientes de las famosas trece divisas, no creemos que sea anteriores al siglo XV. Los Barones de Benasque lo acrecientan poniendo sobre el todo un escusón de oro con tres fajas de azur, que es de Bardají, antiguos Señores de Benasque.

Escudo de armas

En algunos grabados y descripciones la cruz que cuartela el escudo es la llamada de la Victoria o de Pelayo, y son catorce y no trece las cruces y veneras de la bordura.

Escudo de armas

En algunos grabados y descripciones la cruz que cuartela el escudo es la de la Orden de San Juan, y son catorce y no trece las cruces y veneras de la bordura.