Toro
Este apellido trae su origen y denominación de la ciudad de Toro (Zamora). El cronista Diego de Urbina así lo apunta y dice que viene de la sangre real de Castilla por ser sus progenitores descendientes del Rey Don Fernando I "el Magno", quien tuvo por hijo a Martín Fernández de Toro, del cual procedieron en España grandes varones, como Rodrigo Alvarez de Toro, Juan Alonso de Toro y otros muchos.
Nada oponemos a que sea originario de la ciudad de Toro y que tomara su nombre por apellido. Eso es, sin duda, lo más probable. Pero no es tan lógico aceptar que proceda de la sangre real de Castilla y, más concretamente, de Martín Fernández de Toro, hijo, según Urbina, de Don Fernando I "el Magno". Ningún dato histórico de positiva certeza confirma que ese Monarca tuviera un hijo así llamado, y esto es natural que engendre la duda de que tal Infante fuera el progenitor de este linaje.
De sus primeros ascendientes radicados en la ciudad de Toro, son muy escasas y confusas las noticias que hemos encontrado. Y las que tenemos de algunas familias del apellido Toro, arrancan a finales del siglo XIV y nos descubren que no es en Castilla donde aparecen radicadas con mayor antigüedad y relieve, sino más principalmente en Extremadura, Andalucía, Cantabria y en la Comunidad de Madrid.
Una de las casas extremeñas se apellidó Toro Zambrano y tuvo su asiento en la villa de Fuente del Maestre (Badajoz), y en Jerez de los Caballeros, de la misma provincia. Otra, apellidada Toro-Vargas, en el lugar de Burguillos de Zafra y en la villa de Olivenza (Badajoz). Otra, cuyos descendientes usaron también el apellido compuesto Toro-Mazote moró en Madrid. Y otra tuvo su casa solariega en Villalva del Alcor (Huelva).
Miembros de esas cuatro familias pasaron a Indias en las expediciones de los primeros descubridores y pobladores del Nuevo Reino de Granada, Perú, Chile y Venezuela, fundando en aquellos países importantes ramas.
En Navarra tuvo casas solares en la ciudad de Tudela, su dueño Bertolomeo del Toro, documentada en la Fogueración navarra de 1366; y en la ciudad de Olite, su dueño J. Toro, citada en la Fogueración en 1244.
En Aragón radicaron sus casas solares en la ciudad de Zaragoza, su dueño Alonso de Toro; en Torrehermosa, su dueño Francisco de Toro; y en Epila (ambas en Zaragoza), sus dueños Johan de Toro, Miguel Toro y Miguel de Toro, jurado, documentadas en la Fogueración aragonesa de 1495.
Johan del Toro, de Alto Palancia (Castellón), fue vecino de Sagunto (Valencia) en 1421. Macia Toro fue vecino de Ador (Valencia) en 1373.
Probaron su nobleza para ingresar como Caballeros en la Orden de Santiago: Francisco de Toro Muñoz y de Ocaña, natural de Pinto (Madrid), Alcalde del Crimen más antiguo de la Real Chancillería de Valladolid, en 1692; y Lorenzo Juan de Toro Palma y Fernández de Góngora, natural de Aguilar, en 1695.
Agustín Aguilar de Toro, natural de Monilla (Córdoba), Alférez de Fragata, fue Caballero de la Orden de Calatrava, en la que ingresó en 1811. Era hijo de Juan Aguilar Tablada y de María de Toro y Aguilar, naturales de Montilla; nietos paternos de Andrés de Aguilar Tablada, natural de Montilla, y de Manuela del Valle, natural de Aguilar (Córdoba), y nietos maternos de Pedro de Toro Gallardo y de María de Aguilar y Cea, naturales de Montilla.
Probaron su limpieza de sangre para ingresar como religiosos en la Orden de Santiago: Francisco de Toro, natural de Ribera del Fresno (Badajoz), del Convento de San Marcos de León, en 1629; Juan de Toro, del Convento de San Marcos de León, en 1526; Alonso Toro Muñoz, natural de Pinto (Madrid), en 1668; Juan de Toro Muñoz, natural de Pinto (hijo de Alonso de Toro Muñoz y de María Hernández y nieto paterno de Pablo de Toro y de María Muñoz), en 1671; y Alonso de Toro Muñoz, del Convento de Santiago de Uclés, Desapropiador de Bienes, Capellán de S.M. y del Consejo de las Ordenes, Administrador del Convento de Santiago de Madrid, Capellán de Honor de S.M., en 1699.
Antonio de Toro, vecino de Zafra, Conventual, fue religioso de la Orden de San Juan de Jerusalén, sin fecha.
María Manuela de Toro y Bernardo de Quirós, natural de Valladolid, del Convento Concepción Real de Madrid, probó su hidalguía y limpieza de sangre para ingresar como religiosa en la Orden de Calatrava en 1708.
Armas
Diego de Urbina, Cronista y Rey de Armas, y otros tratadistas que le siguen, manifiestan que la antigua casa solar de este linaje en la ciudad de Toro, de la provincia de Zamora, y los primeros descendientes de dicha casa que en la misma localidad radicaron, traían: Escudo cortinado: 1º, en campo de gules, una torre de oro, aclarada de azur, sumada de un brazo armado, de oro, empuñando una espada de plata; 2º, en campo de plata, tres espigas de trigo de sinople, y 3º o manteladura, de sinople, con un toro andante de oro.
Estas mismas usaron los que hicieron su asiento en la provincia de Burgos y Montaña de Santander, la casa de Villalba del Alcor y su rama en el Nuevo Reino de Granada.
Otros, de la ciudad de Toro, usan: En campo de plata, tres fajas de azur y sobre cada una de ellas, dos toros pardos, andantes, como a embestir.
Los de la ciudad de Toro y su rama en la ciudad de Zamora traen: Escudo cortado: 1º, en campo de azur, un toro de sable, y 2º, en campo de azur, un escudete con cuatro barras de gules sobre campo de oro, y alrededor del mismo y sobre el campo de azur referido, ocho cruces de plata.
En el expediente del Caballero del Hábito de San Juan en el Gran Priorato de Cataluña Juan Antonio Suárez Victorero Robledo y Toro, natural de Riesta Lastres (Asturias), año 1798, constan: Escudo cuartelado: 1º y 4º, en campo de oro, un castillo de plata, aclarado de sable, sobre unas aguas agitadas de mar, y 2º y 3º, en campo de plata, un toro de sable pasante.
Francisco de Toro y Morejón, que concurrió entre los caballeros que ganaron en 1485 con los Reyes Católicos la ciudad de Ronda (Málaga), usaba: En campo de oro, cinco estrellas de azur, de seis rayos cada una, puestas dos, una y dos.
Los radicados en Santiago de Chile, según Vicente de Cadenas, usan: En campo de oro, un toro parado, de sable, cornado de plata. Bordura de azur con ocho bezantes, de plata.
Otros: En campo de plata, un castillo de piedra, superado de una cruz floreteada de gules, y en su punta un toro pardo.
Otros: En campo de azur, cuatro aspas de molino, de oro.
Los apellidados Toro-Zambrano, originarios de las casas extremeñas de este apellido en la villa de Fuente del Maestre y en Jerez de los Caballeros, así como sus ramas en Chile y Venezuela, trajeron: Escudo partido: 1º, en campo de plata, un árbol de sinople y dos leones, de azur, empinados a su tronco, y 2º, en campo de oro, castillo al natural, acompañado de cuatro estrellas de azur, y en la punta del escudo, un toro de sable.
La familia Toro-Vargas, también extremeña, con casas en Higuera de Vargas y en Burguillo de Zafra (Badajoz), y su rama del Perú, usó las siguientes: En campo de oro, un castillo de gules, acostado de cuatro estrellas de azur, dos a cada lado, y en la punta del escudo un toro de sable. Que son las mismas que contiene el segundo cuartel de los Toro-Zambrano. Por el apellido Vargas, que unieron al de Toro, tenían: En campo de plata, tres fajas ondeadas de azur.
A otras familias del apellido Toro, entre ellas la que enlazó con la apellidada Santos, les asignan algunos tratadistas este blasón: Escudo partido: 1º, en campo de sinople, un toro pasante de oro, y 2º, en campo de gules, una torre o castillo de oro, sumado de un brazo armado del mismo metal, que empuña una espada de plata.
En el expediente del citado Caballero de la Orden de Alcántara de Rafael María José Carrillo y Gutiérrez, bautizado en Aguilar de la Frontera (Córdoba), año 1857, constan las siguientes armas para los Toro Carrillo: Escudo cuartelado: 1º, en campo de oro, un árbol de sinople; 2º, en campo de azur, un sol, de oro, con once rayos; 3º, en campo de gules, un león rampante, al natural, alterado, y 4º, en campo de azur, cuatro peces, de plata, en faja. Bordura de oro.