Annata
Las annatas comprendían la renta de un año de beneficio. Era un impuesto exigido por Roma cuando había que proveer un beneficio eclesiástico (los obispados y las abadías estaban exentos). A partir del siglo XV, cuando el beneficio era superior a 24 ducados, el impuesto se redujo a la mitad; media annata. En el siglo XVII este impuesto se aplicaba igualmente a todos los cargos, y se pagaba al rey.
Fuente: “Diccionario Histórico de la España del Siglo de Oro”, de Annie Molinié-Bertrand. Acento Editorial