Corridas de toros
En la España clásica no había fiesta religiosa o profana sin corridas de toros, pese a las prohibiciones de Roma. En teoría, los eclesiásticos no debían asistir a ellas. En Madrid, por Santa Ana, San Isidro, los santos Pedro y Pablo, etc., se organizaban corridas de toros en las plazas (plaza de la Villa, Campo del Rey, plaza Mayor…). Durante el reinado de Felipe IV hubo 54 corridas de toros, 22 de ellas en Madrid. En las crónicas se muestra el entusiasmo por los caballos y los pelajes, pues se trata de un deporte noble y ecuestre.
En el siglo XVIII se impone la forma popular de las corridas, aquellas en las que el torero combate a pie.
Fuente: “Diccionario Histórico de la España del Siglo de Oro”, de Annie Molinié-Bertrand. Acento Editorial