Durante la dominación Visigoda existieron en España los Duques de Cantabria, Lusitania, Cartagena y Mérida. El Conde de Castilla, Fernán González, en 1029, se apellidaba Duque de los Castellanos; pero los primeros Ducados, considerados como tales Títulos Nobiliarios y con carácter hereditario, no aparecen hasta el reinado de Don Enrique II, “el Rey de las Mercedes”, que creó Duque de Soria y de Medina, en 1370, a Beltrán Duguesclín, y el de Benavente a su hijo natural Don Fadrique de Castilla, con lo que pareció dar a entender que tal título solamente debía dársele a un hijo del Rey o a un Capitán que hubiese salvado al reino.
El Rey Don Juan I solo concedió dos Ducados: el de Valencia de Campos al Infante Don Juan de Portugal y el Ducado de Peñafiel, creado para su hijo el Infante Don Fernando, que mas tarde habría de reinar en Aragón y al que ya anteriormente había hecho Conde de Mayorga.
Don Juan II creó los Ducados de Arjona, Galisteo, Medina Sidonia, Trujillo y Villena. Don Enrique IV, los de Alba de Tormes, Alburquerque, Escalona y Huete.
Los Reyes Católicos, los de Arcos, Béjar, Frías, Infantado, Maqueda, Medinaceli, Nájera y Huéscar.

Fuente: "La heráldica Española y Basca" de Joaquín Rodolfo Asiaín y Crespo.