Escribano
Notario. El que maneja la pluma. Eran muchos en las ciudades de España; ellos redactaban los contratos, los testamentos y los inventarios posteriores al fallecimiento. La expresión "escribano de número" viene de la limitación del número de despachos en una localidad. Había otros tipos de notarios: escribano del rey, del consejo municipal, de la provincia, de cámara (en las Cancillerías), notario del crimen. La Inquisición tenía sus "notarios del secreto".
Fuente: “Diccionario Histórico de la España del Siglo de Oro”, de Annie Molinié-Bertrand. Acento Editorial